En la Edad Media, la criada acusada de robo enfrentó humillación y abuso sexual.Obligada a arrodillarse en el garaje, fue follada brutalmente por el inquisidor, silenciando sus gritos con una mano en la boca.
En el año 1420, la preciosa sirvienta Judith fue acusada de brujería y robo por la inquisición.Como castigo, la enviaron al calabozo, encadenada y esperando su destino.El inquisidor, un hombre poderoso del pueblo, decidió usarla para su propio placer.Llegó al calabuceo, la desencadenó y la obligó a practicarle sexo oral.Judith, siendo una mujer sumisa, obedeció.Después del acto humillante, el inquisidor se la folló con fuerza en el garaje, sin importarle su edad ni su consentimiento.La esposa inquisidores, que estaba presente, se unió en turnarse para follarse a la pobre sirviienta.Juditth, con sus tetas caídas y su cara linda, quedó en el guaraje, un castigo por su supuesto crimen.Esta fue la dura realidad de la Edad Media, donde las mujeres no eran tratadas con respeto ni dignidad.
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